Muchas veces lo que mas importa no es que es lo que decimos, sino como y cuando decimos las cosas. Es increíble que el mensaje verbal que transmitimos solo es el 7% de lo que se percibe, lo más importante es el tono y la apariencia física de la persona. No me gusta que así sean las cosas, pero así son, y hay que hacer lo mejor de ello. Por eso creo que es importante conocer muy bien a la persona con la que estamos hablando; ¿es optimista? ¿cómo es su apariencia física? ¿Que transmite su postura sobre su estado emocional? Estar muy al tanto de esto nos da una ventaja competitiva sobre muchas personas al poder transmitir nuestro mensaje eficientemente y garantizar que este fue entendido como nosotros queremos que sea entendido. Nosotros sí somos responsables por difundir nuestros mensajes correctamente, y hay que hacer lo mejor para lograr hacer esto correctamente. 

¿A qué me refiero con esto?

Quiero sugerir que una preocupación mas detallada por nuestra apariencia personal y nuestro tono de voz es una manera rápida de mejorar nuestra difusión de mensajes. 

Un ejemplo interesante: el mundo actual mercadea los productos como cosas capaces de cambiar nuestras vidas; los perfumes vienen acompañados de imágenes de mujeres y hombres bellos pasándola bien en una fiesta de la alta sociedad, por ejemplo. Estos productos no le llegan a los talones al efecto que tiene sobre las personas cambiar nuestra apariencia personal y nuestro tono de voz. Puedo inferir que transmitir limpieza y orden también dice mucho de nuestros argumentos.

Concisamente: una manera muy fácil de empezar a comunicarnos efectivamente con el mundo es buscar transmitir mensajes sutilmente a través de nuestra apariencia, nuestro tono de voz y nuestro lenguaje corporal. 



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